Marco (Javier Gutiérrez) se considera un tipo normal, claro que no es demasiado optimista y además tiene un miedo atroz a crecer de verdad. Es el
segundo entrenador de un equipo profesional de baloncesto. Tras estrellar su
coche al conducir ebrio, se ve obligado a entrenar a un grupo de chavales con
discapacidad intelectual por orden de la juez. A regañadientes comienza lo
que para Marco significa un trabajo forzado. Sin embargo, cuanto más tiempo
pasa con ellos, más cuenta se da de que estos chicos con discapacidad son
felices e independientes más allá de su enfermedad.
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